A día de hoy, nadie duda del hecho que supone la doble crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia de la covid-19. Lo que posee incluso más relevancia es conectar esas crisis con otras que ya estaban en marcha antes, y que continuarán tras el fin de la pandemia. Un artículo de Matthew Allen sintetiza muy bien la situación. Así, en esta coyuntura histórica crítica, nos encontramos con tres dimensiones entretejidas: En primer lugar, el ascenso de China en su objetivo de convertirse más pronto que tarde en potencia hegemónica, ascenso que, naturalmente, va en paralelo al declive estadounidense. En segundo lugar, las múltiples y profundas crisis ecológicas que están por doquier. Son crisis causadas principalmente por los patrones de consumo, la producción de energía y la contaminación en el Norte, pero cuyos impactos están siendo percibidos con mayor intensidad por los países del Sur. El Antropoceno, concepto que recoge todas estas crisis ecosociales, estaría aproximándose con rapidez, según las estimaciones de numerosos científicos, a un «punto de inflexión». La tercera dimensión supone el creciente reconocimiento de que la última fase de la globalización, caracterizada desde principios del decenio de 1980 por la liberalización económica, está llegando a su fin, lo que reaviva los debates sobre el papel del Estado en el impulso del desarrollo económico.

En este contexto, la grave situación mundial provocada por el virus podría ser un acicate para acelerar determinadas medidas que ya fueron puestas sobre la mesa antes de la pandemia, pero cuya puesta en marcha debería ser acelerada debido a las vulnerabilidades expuestas sobre las cadenas mundiales de suministro y el libre comercio, así como a los desastrosos efectos del coronavirus que se están padeciendo. Son medidas a nivel nacional e internacional, que el autor agrupa bajo la denominación de “nuevo trato verde” (“Green New Deal”) y que recoge en parte iniciativas institucionales recientemente delineadas en Europa y Estados Unidos, entre otros lugares. Entre tales propuestas se encontrarían la descarbonización y, más ampliamente, la desvinculación del crecimiento económico de la degradación ecológica, la lucha contra la desigualdad y la marginación socioeconómica dentro y entre los países, la reactivación de la fabricación nacional, al menos de bienes y materiales de importancia estratégica, etc.

Podría criticársele al autor que, a pesar de todas sus buenas intenciones, su propuesta se mantenga dentro del discurso del desarrollo y del crecimiento, discurso que tanto daño ha hecho por diversas razones. No obstante, realiza propuestas relevantes para ser debatidas, ya que la única opción que no es asumible es la de dejar todo como estaba anteriormente. Para bien o para mal (esperemos que para bien), el mundo post-covid no será el mismo de antes.

Referencia citada: Matthew G. Al: “COVID-19, development and a Green New Deal”, Devpolicy blog, 27 agosto, 2020.