La perturbación humana del entorno natural suele provocar más de un problema a las especies salvajes que lo habitan: atropellos, contaminación ambiental y acústica, estrés, dificultades reproductivas, propagación de enfermedades, aumento de ataques de depredadores, incluso el exterminio deliberado por parte de los seres humanos. Algunas investigaciones novedosas comienzan a mostrar no solo esos efectos negativos en la fauna de un lugar, sino también cómo la acción humana altera las propias interacciones animales. Es lo que se está dando en llamar “hipótesis de la compresión”: a medida que disminuye el hábitat natural, aumenta el número de encuentros entre ejemplares de la misma o de distintas especies. Este aumento de las interacciones animales forzadas por la modificación antropogénica del territorio puede tener consecuencias imprevistas e indeseables.

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Referencia: Gilbert, et. al.: Human disturbance compresses the spatiotemporal niche. Proceedings of the National Academy of Sciences. Dec. 19, 2022.