Paul Crutzen falleció el jueves 28 de enero de 2020 a los 87 años. Se trata de la figura más destacada a la hora de popularizar el concepto de Antropoceno. Desde el comienzo del siglo, Crutzen sostuvo que debíamos establecer una nueva época geológica, debido al impacto humano global sobre el planeta. A ello le ayudó su prestigio como científico. Experto en clima, había ganado el Premio Nobel de Química en 1995 gracias a sus investigaciones sobre la capa de ozono y el efecto en la misma de los CFCs, unos tipos de gases resultantes de las actividades humanas que se lanzaban a la atmósfera. Ya es legendaria su intervención en un congreso en Cuernavaca (México), en el 2000, cuando, impacientado por el uso reiterado del término Holoceno por parte de sus colegas, exclamó que había que sustituirlo por uno nuevo: el de Antropoceno. Crutzen fue consciente de que había otros (como el biólogo Eugene Stoermer) que ya habían pensado en el concepto e incluso usado la palabra, de modo que compartió el crédito por su ocurrencia. No obstante, por diversos motivos su nombre es el que se asocia más directamente al Antropoceno, y ello por méritos propios. A pesar de las controversias alrededor del Antropoceno, la aportación de Crutzen ha sido decisiva para concienciar sobre la responsabilidad humana en las transformaciones a escala global que está sufriendo el planeta.