La CAC (captura y almacenamiento de carbono) representa un conjunto de propuestas tecnológicas para disminuir la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera debida a las actividades industriales, como las que tienen lugar en las plantas de producción de energía eléctrica. La CAC también plantea la alternativa de extraer el dióxido de carbono una vez se encuentra en la atmósfera. Se supone que la CAC es una solución tecnológica crucial a la hora de mitigar los efectos del cambio climático. Sin embargo, hay problemas para que este tipo de instalaciones puedan extenderse lo suficiente como para hacer una aportación significativa a la lucha contra el cambio climático, en especial si se compara con el potencial de expansión de las instalaciones de energía renovable, como son la solar y la eólica. Esta afirmación se sostiene en un estudio publicado en la revista Nature Energy. El estudio, llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores, compara las tecnologías CAC para las plantas de producción de electricidad a partir de combustibles fósiles con las opciones renovables, concluyendo que éstas (junto con el almacenamiento del CO2) proporcionan un enfoque más efectivo energéticamente en la mitigación del cambio climático. Según dicho estudio, las reducciones de emisiones de CO2 que se consiguen invirtiendo en tecnologías renovables generalmente ofrecen un retorno energético mayor que el de la CAC. Esto significa que las plantas de energía renovable producen más energía que las de combustible fósil con tecnología CAC, si se compara la energía así obtenida con la energía empleada en su construcción, operación y combustible empleado.

Referencia citada: Sgouris Sgouridis, Michael Carbajales-Dale, Denes Csala, Matteo Chiesa & Ugo Bardi, Comparative net energy analysis of renewable electricity and carbon capture and storage, Nature Energy, 2019.