Zoltan Istvan, que así se llama el transhumanista, se presenta a las elecciones presidenciales norteamericanas de 2020. Su lema es “Upgrading América”, donde “upgrading” se traduciría como “mejorando”, pero en los contextos técnicos se suele traducir como “actualizar”. Por supuesto, la palabra está escogida con toda intención, más viniendo de un californiano (nacido en San Francisco) amante de las nuevas tecnologías. ¿Qué defiende Zoltan en su programa? Tres grandes propuestas. La primera, por supuesto, el transhumanismo, que define como la mejora de los cuerpos y vidas humanas mediante la tecnología. Esta propuesta la debe defender tanto frente a conservadores como a progresistas, en tanto todos ellos pueden ser “bioconservadores” en estos asuntos. Según el mismo Zoltan hace constar en su sitio web, cree profundamente en la razón y la objetividad, y está convencido de que “América” puede hacerse más fuerte e inteligente si abraza esos valores básicos. El segundo punto se centra en promover todavía más la innovación, sobre todo en nuevas tecnologías, con el objetivo de combatir el creciente poder económico chino, que Zoltan asocia explícitamente a un modelo autoritario de gobierno en ese país. En todo caso, afirma que la ciencia y la tecnología pueden resolver la mayoría de los problemas mundiales. Sorprendentemente, viniendo de un empresario de éxito que se presenta para ser nominado por el partido republicano, el tercer eje es la renta universal básica. Las razones para apoyarla son las que se esgrimen cada vez con más insistencia: la automatización de la producción (mediante la robótica, inteligencia artificial, etc.) va a volver obsoletos muchos trabajos realizados por los seres humanos y va a impulsar el aumento de la desigualdad. La situación ambiental del planeta, la crisis ecosocial, no son temas fácilmente visibles en su sitio web, pero en su cuenta de twitter (en un tweet de 13 de abril de 2019) Zoltan nos dice por qué prefiere la tecnología a la naturaleza y la sostenibilidad. A su juicio, “los ambientalistas están equivocados: la naturaleza no es sagrada y debemos reemplazarla”. Aunque no lo comparta en su mayor parte, recomiendo vivamente leer ese texto, porque nos ofrece abundantes motivos para la reflexión. Si bien él no lo expresa con estos términos, Zoltan es antropocenista hasta sus últimas consecuencias.